Sursiendo hilos sueltos
Como vimos en nuestra reflexión anterior (El Internet post-Snowden y la tecnopolítica) las redes digitales tienen cada vez más presencia en nuestras vidas, hay preocupación por cómo se usa, y afecta a los asuntos políticos.
Precisamente tenemos un ejemplo muy reciente: en Madrid ayer tuvo que dimitir el recién electo concejal de Cultura, Guillermo Zapata, por la ofensiva de la derecha que ha rescatado unos tuits sobre humor negro sacados de contexto. El conocido activista por la cultura libre y la política en red se ha echado a un lado para que este hecho mediático no afectase a las políticas de la formación ciudadana Ahora Madrid. Es el cómo la separación entre política e Internet cada vez es más difícil.
Pero este post quería dar cuenta de un encuentro que tuvo lugar la semana pasada en un centro cultural de la Colonia Roma, de Ciudad de México: la Reunión Internacional “Desafíos del activismo digital en la era post-Snowden”, convocada por la Fundación Friedrich Ebert, Contingente Mx, Espolea México, Fósforo y C3, y a la que tuvimos la oportunidad de asistir y participar.
Los puntos de convergencia eran compartir experiencias de activismo en red y los desafíos que enfrenta, teniendo muy presentes la vigilancia masiva y el intento de estrechamiento desde lo privado y lo público de la participación social en Internet.
Conocimos de primera mano:
-el análisis de las redes y las estrategias e influencia durante la última campaña electoral en Colombia, y la ola verde en 2011, de jóvenes involucrados en las campañas, para pasar al 2015 de la guerra contra la paz.
-el uso de Internet del movimiento estudiantil en Chile desde una mirada académica, con nuevas experiencias y las herramientas de participación.
-las iniciativas municipales de participación de jóvenes en Canoas, Portoalegre (Brasil), como la Agencia de la Buena Noticia, con la puesta en práctica de la comunicación como derecho humano.
-la potencia de las redes frenteamplistas en Uruguay, el activismo en las calles y mediante videos virales, por fuera de la institucionalidad del Frente Amplio.
-los casos de amenazas a las voces disidentes en México (con especial atención al Caso Menstruadora) en un contexto de control y represión, y la necesidad de valorar el hacktivismo y la soberanía tecnológica.
-y las inquietudes sobre la polarización de las opiniones en las redes, donde cada vez hay menos diálogo, dividiendo la plaza pública y dando poder a los littles brothers. Además con el peligro de las intercepciones de las comunicaciones y la aún poca usabilidad de las herramientas de cifrado.
En el debate posterior y en las mesas de trabajo destacó la preocupación por saber comunicar experiencias, herramientas, modos y formas de enredarse más para hacer efectiva la potencia de la participación en Internet. Presentar a las organizaciones y la sociedad en general lo que puede pasar con Internet si no actuamos, de forma clara, y las alternativas que ya existen.
También por desarrollar capacidades, compartir saberes y construir narrativas propias para, entre otras cosas, superar la dualidad in-dependencia (ser o no independientes de las instituciones públicas y las empresas privadas). Y con ello se puso sobre la mesa también el tema de la sustentabilidad económica de estos colectivos y proyectos y el peligro que conlleva la implantación de internet.org en diversos países de la región.
Finalmente se quedó con la tarea de ir aportando aún más al documento Historias de Ciberactivismo e ir tejiendo redes de colaboración y diálogo para compartir intereses y necesidades y seguir construyendo un Internet más social.
Seguiremos en ello.