Sursiendo hilos sueltos
Escucha el conversatorio completo aquí
La pasada semana participamos en el foro sobre la Ley secundaria en Telecomunicaciones, primero en la Universidad Intercultural de Chiapas, y al día siguiente en la Universidad Autónoma de Chiapas, junto a invitados de Promedios, Frecuencia Libre, Chiapas Paralelo y Artículo 19. Nuestra participación se refirió a cómo afecta esta Ley recién aprobada a Internet, que ya anunciamos en otra entrada antes de la aprobación. Estas fueron más o menos nuestras palabras: Desde SurSiendo reivindicamos Internet como un bien común, ya que es muy importante para la sociedad actual y presumiblemente aún más para la futura. Internet está está cada vez más presente en nuestra cotidianidad, habiendo multitud de aparatos y dispositivos conectados: teléfonos, cámaras, relojes, televisores, coches, operaciones bancarias, etc.
Pero, ¿qué es Internet? Se le ha llamado Autopista de la Información, la Red de redes… es un medio de comunicación, pero también es una herramienta y un espacio: en Internet hay muchas gente que juega, se informa, trabaja, hace arte, conoce a otra gente, difunde, compra, vende, lucha, estudia,… Contextualizando: debemos tener en cuenta que Internet nació como una red descentralizada, con espíritu libre. Fue creado a finales de los años 60, conectando universidades de California. Es el famoso Arpanet, que aunque fue financiado con dinero para estudios militares, fue en el ámbito académico donde de ideó y se desarrolló, con una estructura y protocolos que apuntaban a formar una red horizontal, difícilmente controlable. Era una época de nuevos movimientos sociales, de carácter antimilitarista, feministas, ecologistas, por las diversidades sexuales, contra el autoritarismo. Los revolucionarios años 60. E Internet conectaba a investigadores, científicos, profesores y estudiantes que compartían y se beneficiaban de la comunicación con otras instituciones y colegas en su rama, así como de la posibilidad de consultar la información disponible en otros centros académicos y de investigación. Eran sistemas abiertos, compartidos. Desde las universidades y sus márgenes se fue extendiendo y alcanzó mayor accesibilidad en los 90 por la proliferación de las Computadoras Personales y el protocolo World Wide Web… el mundo hacker y del software libre estuvo muy presente. Y en los 2000 fueron mejorando las tecnologías, de transmisión, las capacidades, el precio… Así, tenemos un Internet que es multimedia y es hipertextual, accesible desde gran parte del planeta. Por ello es temida por los gobiernos, por ese carácter horizontal de red abierta, que permite la comunicación masiva, la retroalimentación, la organización a gran escala. Es la potencialidad del P2P, del intercambio directo entre personas, sin intermediarios. El primer hito del uso de Internet para un fin socio-político a gran escala se produce con la difusión de los mensajes del EZLN a todo el mundo a partir del ’94. Después han venido muchas otras cosas, y en los últimos años hemos visto una escalada en su manejo para facilitar procesos sociales, como la Primavera Árabe, el 15M en España, el Occupy Wall Street que se extendió en Estados Unidos. Luego el movimiento #YoSoy132 en México, siguió Turquía, Brasil… grandes movilizaciones que usan la red, se interconectan, combaten el cerco mediático, convocan y organizan otras voces y cuerpos.
Concretando en la Ley Telecom aprobada en México, lo primero que vemos al leerla es que sólo hace referencia al Internet comercial, no al social o cultural. Y también que usa muchos términos imprecisos, vagos, discrecionales: «dentro del marco legal aplicable», «dispositivos homologados», “cuando las condiciones técnicas, de seguridad y operación lo permitan” o “que el Instituto (Ifetel) desarrolle”… En el Título Décimo (arts. 212, 213 y 214, por ejemplo) no establecen derechos específicos y su contenido vago y genérico deja las obligaciones de cobertura universal al arbitrio de los gobiernos. A través de Internet ya vemos televisión y películas, escuchamos radio y música, accedemos a la telefonía, la prensa escrita y blogs, chats, correos, etc. Esta ley no tiene esto en cuenta y los legisladores no han sabido apreciar la potencialidad con fines sociales. Se quedaron en limitar lo que buenamente conocen, no son expertos en Internet, y el desconocimiento les hace temer, por ello se han centrado más en las prohibiciones. Como algo positivo podemos destacar que finalmente se respetó la neutralidad de la red. El artículo 146 se reformuló respecto a la primera versión, gracias a la movilización y la presión sociales. Hubiese sido muy grave abrir las puertas a más desigualdades aún. Por otro lado está la intención de llevar Internet a 250 mil espacios públicos, y a zonas empobrecidas. Falta saber si también se propiciará un contenido social. Una acción así no sólo consiste en la instalación de aparatos, sino que requiere de un acompañamiento para que no se transforme en una mera herramienta más de consumo. Entre las partes más negativas de la Ley Telecom ya han destacado muchos análisis el peligro de la violación de la privacidad, la seguridad, la libertad de los usuarios y usuarias. Ya en el artículo 145 se dice que “Deberán preservar la privacidad de los usuarios y la seguridad de la red” imprecisión que se complementa con que “Los concesionarios y autorizados podrán tomar las medidas o acciones necesarias para la gestión de tráfico y administración de red conforme a las políticas autorizadas por el Instituto, a fin de garantizar la calidad o la velocidad de servicio contratada por el usuario, siempre que ello no constituya una práctica contraria a la sana competencia y libre concurrencia”. Pero sin duda los artículos que más peligro traen son el 189 y el 190, que ya han tenido contestación con el Amparo Digital.
Artículo 189 Los concesionarios de telecomunicaciones y, en su caso, los autorizados y proveedores de servicios de aplicaciones y contenidos están obligados a atender todo mandamiento por escrito, fundado y motivado de la autoridad competente en los términos que establezcan las leyes. Artículo 190 Los concesionarios de telecomunicaciones y, en su caso, los autorizados deberán: I. Colaborar con las instancias de seguridad, procuración y administración de justicia, en la localización geográfica, en tiempo real, de los equipos de comunicación móvil, en los términos que establezcan las leyes. II. Conservar un registro y control de comunicaciones que se realicen desde cualquier tipo de línea que utilice numeración propia o arrendada, bajo cualquier modalidad, que permitan identificar con precisión los siguientes datos: Entregar los datos conservados a las autoridades a que se refiere el artículo 189 de esta Ley, que así lo requieran, conforme a sus atribuciones, de conformidad con las leyes aplicables.
Los datos tienen que permanecer dos años guardados por las empresas concesionarias, con el peligro que esto supone. Y junto a los datos van los metadatos, que incluyen nombres, lugares, hábitos, etc. Así, con el cruce de tal cantidad de datos es muy factible tener perfiles de millones de personas, en manos de “autoridades”.
Los poderes fácticos buscan el control, quieren que haya miedo a expresarse, usar las redes y que optemos por la autocensura. Frente a estas pretensiones la respuesta tiene que ser seguir usando cada vez más las redes, apropiarnos de Internet, buscar en los intersticios, enredarnos con mucha otra gente (siempre cuidando no dar datos personales en abierto). También podemos usar software libre (que dificulta la violación de la privacidad) y programas de navegación segura, encriptación de correos electrónicos, buscar e ir usando alternativas de redes sociales, como Diaspora, N-1, redanillosur, quitter…
Es importante entrelazar la calle y las redes digitales, tener ese apoyo mutuo cara a cara, generar conciencia de que hay que defender Internet como un bien común, en un contexto de privatizaciones, de intentos de leyes como SOPA, PIPA, ACTA o el Tratado Transpacífico (el cual ya hemos analizado en ocasiones anteriores Ver TPP = Todos Podemos Padecerlo y la Presentación El Tratado Transpacífico (TPP): ¿amenaza fantasma?-).
Y por supuesto, seguir reclamando derechos, ejerciéndolos y denunciar violaciones a estas libertades básicas. En lo que mucha gente llama la Era Snowden, con el trabajo realizado por Wikileaks y muchas otras organizaciones para sacar información importante para la ciudadanía, nos toca a todas y todos realizar esfuerzos, abandonar la comodidad del que lo dan todo hecho…
Como dice Aaron Swartz en el documental The Internet’s Own Boy: “Hay un Internet del compartir, del conocimiento, la cooperación, la comunicación, contactar con mucha gente de otras partes… y hay un Internet del control, la vigilancia, el espionaje… Los dos son ciertos, están ahí. Depende de nosotros y nosotras que uno de ellos prevalezca”.