Sursiendo hilos sueltos
Movimientos, repositorios y organismos que buscan la apertura de estudios y datos
Comentaba recientemente el antropólogo francés Marc Augé que “Internet no significa nada si simultáneamente no se hace un esfuerzo considerable en educación”. Desde SurSiendo pensamos también que la educación se tiene que ir actualizando por lo que necesita hacer un esfuerzo para incorporar Internet y dialogar con esta herramienta tan presente y esencial en un futuro próximo. Sabemos que las reformas educativas, de distintos países, lo que hacen es eliminar derechos y presupuestos, por lo que ese esfuerzo cada vez es más importante.
El pasado 23 de febrero se celebró el día internacional de los datos abiertos, una convocatoria mundial que tuvo cierto seguimiento, y que ponía sobre la mesa un tema importante que concierne a la educación, la autoría, la academia, la investigación científica, Internet, los fondos públicos, los bienes comunes y a la sociedad en general. Por ejemplo, la convocatoria fue secundada por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) que invitaba a “liberar datos públicos para que estén disponibles para otros investigadores y, fundamentalmente, para la comunidad en general”, en la promoción del acceso abierto, gratuito y sin restricciones a los resultados de investigaciones financiadas con fondos públicos. Es un paso más hacia el compartir y el colaborar, reduciendo tiempos y costos, acercando investigaciones, teorías y prácticas que nos conciernen. E Internet nos da esa posibilidad.
El open access o acceso abierto a la literatura científica supone que los usuarios pueden leer, descargar, copiar, distribuir, imprimir, buscar o enlazar los textos completos de los artículos científicos, y, usarlos con cualquier otro propósito legítimo, sin otras barreras económicas, legales o técnicas que las que suponga Internet en sí misma. Es decir, una manera gratuita y abierta de acceder a la literatura científica. La única restricción para su reproducción y distribución en este ámbito del open access tendría que ser el otorgar a los autores el control sobre la integridad de su trabajo y el derecho a ser adecuadamente reconocidos y citados. Y este Acceso Abierto se justifica, más si cabe, si tenemos en cuenta que la literatura científica se genera en la mayor parte de las ocasiones en el seno de entidades públicas, costeada con recursos públicos. En contraste con ello, esta literatura científica ha venido estando monopolizada por los grandes grupos editoriales que cada vez han ido poniendo precios más elevados a la distribución de la información generada gracias a las aportaciones públicas.
Los cimientos del movimiento de Acceso Abierto se gestan en tres declaraciones:
El Movimiento de Acceso Abierto (OAM) ya es mundial y nace a partir de la Iniciativa de Acceso Abierto de Budapest (BOAI) del año 2002, partiendo del principio de que el conocimiento generado con fondos públicos debe ser de acceso público, promueve eliminar las barreras económicas, legales y tecnológicas, y trata de obtener a cambio, como beneficios, una mayor accesibilidad para los documentos y una mayor visibilidad para los autores. Los documentos que están disponibles en Acceso Abierto son más consultados y tienen más posibilidades de ser citados. Hay dos vías para llegar al Acceso Abierto:
En México se presentó hace unos meses la Iniciativa con Proyecto de Decreto por el que se reforman diversos artículos de la Ley General de Ciencia y Tecnología y La Ley General de Educación, como punta de lanza de un movimiento ciudadano, #MéxicoEnAccesoAbierto, para que las instituciones académicas públicas se abran. Esta iniciativa se apoya en que “La investigación promovida con recursos del Estado genera los avances científicos y tecnológicos que impulsan el desarrollo de la sociedad. La investigación científica permite la Creación de productos y soluciones, que mejoran la calidad de vida de los ciudadanos. El conocimiento se potencializa cuando se comparte y accede con libertad a la información”. Y que existe una tendencia mundial encaminada hacia el Acceso Abierto, poniendo ejemplos de instituciones de Estados Unidos o la Universidad Autónoma de México (UNAM), entre otros.
Este movimiento se apoya en la Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal (REDALYC), repositorio pionero en ofrecer mucha producción de forma libre.
¿Qué son los repositorios?
Según la Scholarly Publishing and Academic Resources Coalition (SPARC), los repositorios institucionales son colecciones digitales que capturan y preservan la producción intelectual de las comunidades universitarias para que esté a disposición de los usuarios en forma gratuita y sin restricciones; cumplen funciones de preservación, gestión del acceso y aumento de la visibilidad y nunca deben abandonar los principios de la Declaración de Budapest. “Es digital, en línea, sin cargo y está libre de la mayoría de las restricciones en términos de derechos de autor y licencias.” (Suber, 2006).
Sin duda son importantes para la producción científica en países empobrecidos, ya que según Hélio Kuramoto, del Instituto Brasileño de Información en Ciencia y Tecnología (IBICT), “los repositorios se convierten en una solución a la falta de visibilidad que esos países tienen, y se vuelven un complemento, en la medida en que los investigadores depositen sus producciones en el repositorio de su institución, antes de publicar en una revista, dondequiera que esté”.
En la América de habla hispana existe CoLaBoRa – Comunidad Latinoamericana de Bibliotecas y Repositorios Digitales, que “responde a la sentida necesidad regional de consolidar los esfuerzos particulares existentes con el objetivo final y a largo plazo de contar con una única fuente de acceso en línea y sin restricciones a la producción académica, cultural e investigativa de América Latina, disponible para la consulta de la sociedad mundial; aumentando de esta manera la visibilidad y presencia de autores e instituciones latinoamericanas en la web”.
Según reportes del Directorio de Repositorios de Datos Abiertos (DOAR, en inglés) existen 1.080 en Europa (47.5% del total mundial), 474 en Norteamérica (20.9%), 392 en Asia (17.3%) y 178 en Suramérica (7.8%). En cuanto al idioma existen 1621 en inglés y 268 en español.
Así que aún falta mucho por hacer.
Del Open Access al Open Data
Pero la apertura no debe ser solo referida a los trabajos académicos, ya que cualquier institución debería ofrecer sus datos disponibles, en honor a la transparencia. De ahí surge también el Open Data (o datos abiertos), que según la Wikipedia, es una filosofía y práctica que persigue que trabajos relacionados con datos estén disponibles de forma libre a todo el mundo, sin restricciones de copyright, patentes u otros mecanismos de control. Tiene una ética similar a otros movimientos y comunidades abiertos como el Software libre, el código abierto (open source en inglés) y el acceso libre (open access en inglés).
Ya van habiendo organismos e instituciones que se preocupan porque se cumpla este derecho fundamental de la ciudadanía a estar informada:
En América Latina podemos destacar el proyecto de investigación OD4D – Open Data for Development, que busca ampliar el conocimiento sobre datos abiertos, las experiencias existentes y en desarrollo, y su potencial para mejorar la calidad de las políticas publicas; a la vez que quiere representar una plataforma de dialogo y de intercambio entre los actores (gobiernos, ciudadanos, desarrolladores, académicos, etc.) que protagonizan el debate sobre el tema, tanto en la región cuanto a nivel global.
En España está la Fundación CTIC, que cree que “existe la necesidad de incrementar la publicación de información procedente del sector público en formatos libre, abiertos, estándar, accesibles, y que maximicen su reutilización”, por ello impulsan Open Data @ CTIC, sobre la apertura y la reutilización de datos.
Sólo faltaría que todos estos movimientos e instituciones tomasen en cuenta el uso de licencias libres, se involucrasen en otras luchas y propuestas abiertas (como el de la cultura libre) y aportasen conocimiento e información de forma horizontal (entre pares o P2P), a partir de la ética hacker.
Si bien sabemos que no todo el mundo tiene Internet y aún hay grandes desigualdades y mucha gente no se puede conectar, ese es otro tema relacionado con la inequidad y la brecha social con las que también estamos involucradas para erradicarlas; pero si podemos ir avanzando en democratizar el conocimiento, mediante una herramienta sin precedentes como es Internet, bienvenida sea la apuesta abierta (access o data). Quizás una cosa lleve a la otra.