Geert Lovink desde América Latina

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14 mayo, 2024
sursiendo

A propósito de la publicación “La extinción de internet: política, redes y plataformas”

Dom (Sursiendo)
Texto publicado en la edición N° 11 de la revista digital Internet Ciudadana, «Frentes de lucha por una Internet de los Pueblos».

Por estas fechas se cumplen 20 años del lanzamiento del servicio de correo electrónico de Google, el famoso Gmail. Curiosamente el 1 de mayo. En diversos medios nos lo recuerdan y lo celebran. ¿Quién no ha tenido un correo de Gmail? En 2004 el ahora gigante tecnológico ya era el buscador más usado, el más innovador, el más útil. La corporación de la gran G subía como la espuma. El servicio de Gmail es un buen ejemplo de lo que vendría después, también con las otras grandes tecnológicas: Google se convierte en insaciable y quiere capturar todos nuestros datos posibles, al loguearnos en el correo ya también ubica a quién pertenece nuestras búsquedas, quiénes somos y qué intereses tenemos. Con Gmail leía todos nuestros correos, analiza el contenido, segmenta, vende nuestros datos.

En 2024 aún es peor, tal y como está el mundo digital. Por ello no viene mal parar un momento y reflexionar.

Recientemente cayó en nuestras manos el texto corto “La extinción de internet: política, redes y plataformas”, de Geert Lovink, con edición a cargo de Carlos A. Scolari y Laura Pérez-Altable, Universitat Pompeu Fabra (Barcelona), de libre descarga en pdf.

Lovink es activista y teórico de las redes sociodigitales, proviene de los movimientos sociales y de la comunicación alternativa (promoviendo radios piratas, participando en okupas, en imprentas y editoriales autónomas) en Ámsterdam y Berlín en los años 90. Con los años pasó a fundar y dirigir el Institute of Network Cultures [Instituto de Culturas de la Red] en 2004, “dedicado a la exploración, documentación y promoción de los nuevos medios de comunicación como herramientas del cambio social”. Actualmente, además es profesor de varias universidades y es autor de ensayos como Tristes por diseño: las redes sociales como ideología (2019) y Atrapados en las plataformas (2023).

El texto que nos ocupa consta de 4 partes: una introducción, el ensayo de Lovink, una entrevista al autor, y los comentarios finales de Scolari y Pérez-Altable. Un total de 38 páginas, que sigue el hilo de pensamiento de Lovink: ofrecer una reflexión crítica sobre la Internet que tenemos, y propuestas enfocadas a que los movimientos sociales (y la ciudadanía en general) intentemos salir del control, la vigilancia y el extractivismo de las grandes plataformas tecnológicas.

“Durante la última década, internet ha dejado de ser cool y celebrado, de ser “parte de la solución”, para ser parte del problema, incapaz de frenar sus propias tendencias autodestructivas”, dice Lovink consciente de la supremacía de las grandes tecnológicas (Google, Amazon, Facebook -ahora Meta-, Apple y Microsoft, a las que se suman más recientemente Tiktok, Uber, Airbnb o Zoom), que han instaurado en la red digital una mercantilización extrema, control social, individualismo neoliberal, plataformas cerradas que solo buscan el lucro a través de algoritmos opacos, y que han propiciado ataques a la libertad de expresión, la polarización, el extractivismo de datos, la represión y criminalización, la desorganización social, etc, etc. “la proliferación de plataformas ha reconfigurado no solo la forma en que interactuamos, sino también cómo comprendemos y participamos en el tejido social y político”.

El autor “propone una mirada hacia intervenciones más radicales y creativas, incluyendo el arte y la cultura digital como medios para abrir nuevas conversaciones y horizontes. Se enfatiza, de este modo, la importancia de repensar y reimaginar nuestra relación con la tecnología, buscando formas de acción y organización que vayan más allá de las estructuras y las lógicas dominantes”.

El aquí reseñado no se trata del enésimo texto con visión apocalíptica dedicado a maldecir contra las redes digitales y tampoco cae en planteamientos orwellianos, pero sí plantea desde el título que Internet se acaba, y “el post-internet se presentará a sí mismo como una transformación tecnológica irreversible. Como contraataque, necesitamos rediseñar aquellos sistemas que nos están causando pérdidas de memoria y saber”.

Desde América Latina

Lovink es un referente en el pensamiento crítico de las redes sociodigitales, ha influido en la academia y en el activismo. Sus aportes son importantes, pero los hace desde un contexto determinado. Y en América Latina los contextos son distintos a los europeos y el Norte Global.

En la región, entre las grandes desigualdades está la del acceso a las tecnologías entre los territorios urbanos y los rurales, entre las distintas franjas de edad, entre países; también la prevalencia de Gobiernos muy subordinados a las corporaciones tecnológicas; convivencia histórica con los modelos extractivistas, vigilancia y represión. Pero también persisten las luchas organizadas, otras cosmovisiones distintas a las hegemónicas, o la fuerza del feminismo popular, el conocimiento decolonial y la hermandad entre los movimientos regionales, entre otras muchas particularidades. Ello hace que lo tecnológico esté también apegado al territorio, al contexto propio.

“Dejemos de construir soluciones Web3 para problemas que no existen; lancemos herramientas que descolonicen, redistribuyan valor, conspiren y organicen”, propone Lovink. En América Latina somos conscientes de ello, y lo intentamos. Como humilde muestra es la iniciativa Internet Ciudadana.

Ir más allá, contagiar luchas, apoyarse y aprender de los otros movimientos. Mezclarse. Un grupo de hackers que va a parar la apertura de una mina a cielo abierto en Guatemala, un colectivo de maestras que difunden sobre transgénicos, un movimiento campesino que incorpora herramientas de software libre, un colectivo tecnopolítico que ofrece infraestructura digital descentralizada a una alianza de radios comunitarias… apelar a lo comunitario, a la construcción y responsabilidad colectivas.

A modo de conclusión

“El duelo por la desaparición del internet ya comenzó mucho antes, cuando las plataformas cancelaron nuestra imaginación colectiva. Parece que otro internet ya no es posible”, dice Lovink alrededor de su argumento de la extinción de Internet. Desde organizaciones y movimientos en América Latina sí pensamos que Otra Internet es posible. Cada vez existen más infraestructuras autónomas, redes descentralizadas, mayor uso de software libre, de plataformas alternativas… Sí, aún queda mucho por conseguir, para cubrir las necesidades digitales de la ciudadanía. Y ese es un punto importante: evaluar personal y colectivamente cuáles son las necesidades reales en nuestros mundos digitales, apoyar lo que ya se está haciendo, difundir, cuestionarse y cuestionar.

Pensamos que debemos seguir aprendiendo de autores y autoras, de experiencias de luchas, de propuestas alternativas a las corporativas, más descentralizadas y menos mercantilistas y discriminatorias. Arriesgarnos, movernos de lo impuesto, abandonar lo sabido y dejarse apoyar por otros y otras, probar otras formas que pueden beneficiar a más gente. También en lo tecnológico.

@sursiendo