Carolina Hadad es Analista Universitaria en Computación por la Universidad Nacional de Buenos Aires. En los primeros años de su carrera supo que lo que más le interesaba era trabajar en tecnología aplicada a causas sociales y humanitarias.
Es una de las co-fundadoras de Chicas en Tecnología, una ONG de alcance latinoamericano que tiene por objetivo reducir la brecha de género en el ambiente tecnológico, y también forma parte del proyecto Científicas de Acá, que busca visibilizar a las mujeres que hicieron y hacen ciencia y tecnología en Argentina.
Desde hace un año se desempeña como Project Manager en Horizontal, la organización que desarrolla Tella, una herramienta que busca garantizar la seguridad y el anonimato de periodistas, activistas, trabajadores sociales y cualquier persona que por su trabajo se encuentra expuesta o en peligro, al documentar y preservar evidencia en su teléfono.
Tella es una app que busca facilitar el trabajo de todas estas personas cuidando su seguridad y anonimato. “Se usa en contextos represivos en donde poseer cierta información en tu teléfono te puede poner en riesgo físico por personas, fuerzas militares y gobiernos que revisan tu teléfono y también en lugares en donde Internet está fuertemente censurada o controlada”, explica Carolina.
El equipo de Tella -y de Horizontal- es pequeño pero muy diverso. Son once personas que trabajan desde Argentina, Túnez, Escocia, Serbia, Malasia, Nepal… Al respecto, Carolina dice que precisamente fue la diversidad lo que más le gustó cuando se sumó a la organización. “Es un equipo geográficamente muy diverso y de identidades muy diversas también. Lo cual desde el vamos, desde el momento de desarrollo, nos da diferentes perspectivas, diferentes miradas a la hora de pensar las cosas: desde problemas sencillos como el idioma, hasta lo más complejo como los usos de la tecnología”.
– Si tuvieras que darle una personalidad a Tella, ¿cómo dirías que es?
Tratamos de que sea simple, conectada con las comunidades. Tenemos diferentes maneras y estrategias de estar en contacto con les usuaries y la comunidad de Tella para incorporar las visiones y necesidades de cada una de las personas que la utilizan, generar conversaciones para tomar decisiones y demás. Creo que es eso: basada en las necesidades comunitarias. Simple. Amigable.
– ¿Cómo fue el proceso de desarrollo y qué rol tienen las personas usuarias en ese proceso?
Tella está en uso desde hace cuatro o cinco años y desde que se puso en producción y se empezó a utilizar, se empezaron a pensar distintas estrategias que fueron cambiando a lo largo del tiempo para involucrar a las personas usuarias.
Lo que hacemos ahora es una llamada comunitaria todos los meses en donde presentamos los nuevos desarrollos en la aplicación y escuchamos el feedback de las personas. Hacemos unas pequeñas demos o cuando los features están listos para probarlos ponemos en nuestro programa de beta tester y las personas lo prueban y nos mandan mensajes.
También tenemos estrategias más dirigidas. Por ejemplo, en el último tiempo trabajamos en generar una nueva plataforma de documentación de Tella con guías, con videos, con paso a paso de cómo funcionan cada uno de los features y demás. Desde cuando estábamos trabajando en un documento hasta ahora, que ya lo tenemos en un sitio y estamos por pasar a la fase de traducirlo en diferentes idiomas, le escribimos a personas usuarias que conocemos de diferentes lugares para preguntarle si les parece que está claro o si la información está bien organizada. Esto lo estamos haciendo ahora para la documentación, pero tratamos de hacerlo con todos los features grandes que incorporamos en el producto.
Entonces tenemos como el momento más abierto, que son las llamadas comunitarias, y después cuando tenemos alguna pregunta, alguna cosa puntual que necesitamos tomar una decisión, nos conectamos con las personas usuarias y les preguntamos sus opiniones. También nos apoyamos en organizaciones expertas en diferentes temáticas que nos puedan ayudar a tomar decisiones más técnicas como, por ejemplo, la accesibilidad.
– En ese proceso, ¿qué desafíos identifican y cómo los van sorteando?
Nos damos cuenta que el principal desafío es cómo funcionan los financiamientos en general. Los fondos a las organizaciones de la sociedad civil no juegan a favor de la agilidad que hay que tener en casos donde, gracias al feedback, estás pensando en cambiar un feature o expresarlo diferente.
En general, haces propuestas que tienen determinadas características y está como muy fijo, ¿no? como muy encasillado. Entonces, eso es un desafío: tratar de conjugar los compromisos concretos con la agilidad y la flexibilidad que requiere estar en contacto con las comunidades.
Tal vez pensabas que una idea podría ser útil de cierta manera y después resulta que no, obviamente no se da siempre, pero creo que ahí hay una tensión entre la previsibilidad de lo que vas a estar construyendo en los próximos años con el día a día de las necesidades de las comunidades. Es un desafío y hay maneras de intentar navegarlo, por supuesto.
Después está el tema de la participación, pero no creo que sea un desafío. A veces nos pasa que la llamada comunitaria es muy concurrida y otras veces, como en la última, se sumó una persona.
No creo que sea un desafío porque me parece que está bueno generar el espacio y que las comunidades sepan que el espacio está disponible en el caso que quieran y puedan participar, porque participar de estas llamadas es una contribución voluntaria. Entonces de nuestro lado damos el espacio para que las comunidades se sumen y también brindamos canales asincrónicos, como mails, foros, etc.
Hay veces que hay mucha participación y muchos comentarios y demás, y hay veces que está más tranquilo porque, claro, las organizaciones tienen sus prioridades.
– ¿Cómo es la dinámica de trabajo teniendo en cuenta que están de forma remota? ¿Qué acciones o actividades llevan adelante para el bienestar y los cuidados del equipo?
Horizontal no tiene oficinas con lo cual todas las personas trabajamos de manera remota. Los desafíos no solamente tienen que ver con esta modalidad sino también con los horarios. Por eso tratamos de que las reuniones que tenemos que hacer sincrónicas sean la menor cantidad posible en la semana, porque eso significa que tal vez una compañera que está en Malasia se tiene que quedar hasta las 10 de la noche, por ejemplo. Entonces, desde el principio de nuestras prácticas tenemos pensados los procesos así. Vamos tomando notas, podemos leer las notas de la reunión si no nos podemos sumar, incorporar las nuestras y participar de forma asincrónica.
Algo que me parece interesante mencionar es la manera en la que tomamos decisiones de producto y decisiones organizacionales. Nuestra organización se llama Horizontal porque no tenemos una estructura jerárquica. Las decisiones se toman en conjunto, en grupos de trabajo.
Por ejemplo, tenemos un grupo de trabajo con el que ahora estamos trabajando en el plan de crecimiento dentro de la organización ¿no? Cómo vamos a medir o cómo vamos a detectar las áreas de mejora que tiene cada uno de nosotros. Ese proceso lo pensamos entre las personas que estábamos interesadas llevarlo adelante. Después lo presentamos a los demás compañeres, nos hicieron comentarios y lo pusimos en práctica.
Me parece que eso está bueno y se traduce a la manera en que desarrollamos los productos. Escuchando las voces de las diferentes personas, tratando de encontrar consensos, tratando de discutir lo que haga falta, generando desde el interés o las ganas que tenga cada une, que nos podamos sumar a diferentes cosas que nos interesa participar dentro de la organización. Como a mí, por ejemplo, que soy Product Manager, pero también me interesan los temas de comunicación entonces le meto a eso también.
Pienso que es interesante esto de las diferencias culturales. Como se van generando momentos y situaciones para que las personas puedan participar y se sientan cómodas. A veces siento que nosotras, tal vez porque somos latinas, ¡hablamos mucho! Y a veces me doy cuenta que me tengo que callar porque tiene que hablar resto de las personas. No sé, siento que es un ADN latino.
– ¿Tienen encuentros presenciales o jornadas más relajadas?
Todavía no pudimos hacer un encuentro presencial, yo estoy apenas hace un año, pero nunca hubo. Sí tenemos reuniones de forma remota en ese sentido. Tratamos de hacer tres o cuatro por año y son tres días en los que no nos dedicamos a producir y desarrollar, sino que nos sentamos a reflexionar sobre cómo estuvo el último trimestre, qué cosas salieron bien, qué cosas podemos mejorar, qué desafíos estamos encontrando o qué propuestas tenemos para hacer.
Me parece que esos espacios son necesarios y son lindos para generar la confianza en el equipo. Está bueno tenerlas con cierta periodicidad para poder reflexionar acerca de lo que hicimos. Por ejemplo, hace bastante el equipo de desarrollo planteaba que, si bien sabían las tareas que tenían que llevar adelante a corto plazo, querían tener un poco más de previsibilidad a largo plazo de lo que vamos a construir, porque sabiendo eso ya haces tu trabajo pensando en que sea flexible para ese plan que está pensado para más adelante. Entonces ello nos llevó a pensar en cómo visibilizar las diferentes tareas, aunque no estén todavía diseñadas, aunque estén solamente como unas líneas de trabajo.
Nos encontramos constantemente con esas cosas, las charlamos y tratamos de tomar decisiones para mejorar los desafíos que encontramos.
– ¿Cómo llegas a la organización? ¿Qué es lo que te motiva a seguir formando parte?
A mí siempre me interesó esta manera de toma de decisiones más horizontal desde muy chica. Siempre me interesaron construir esos espacios también, con Chicas en Tecnología y sobre todo con Científicas de Acá, tratamos de trabajar de forma colaborativa, tomar decisiones de forma consensuada, tener una remuneración justa y darles una remuneración a las personas que hacen su trabajo, no seguir reproduciendo esta idea del laburo (trabajo) voluntario ¿no?
Cuando es así me siento cómoda, siento que es por ahí. Entonces eso fue algo que me gusta de esta organización y en lo personal también me gusta estar más cerca de lo técnico. En mi carrera siento que me había alejado un poco de lo técnico, no es que ahora esté programando, pero me gusta estar en contacto con equipos de desarrollo, con equipos de diseño.
Y, obviamente, sin duda me gusta el impacto de lo que generamos. Siempre busqué en mi carrera estar conectada con un propósito, que el fin de lo que estoy haciendo pueda contribuir a hacer del mundo un lugar un poquito mejor.
Horizontal trabaja con personas defensoras de los derechos humanos y activistas de primera línea que se encuentran en entornos altamente represivos, donde las libertades básicas son pisoteadas habitualmente. Para la organización “desarrollar tecnología que realmente empodere es algo más que tecnología: se trata de quién la desarrolla y cómo”.
Además de Tella y Covid Diary (una aplicación que ayuda a sus usuaries a mantener un registro de sus síntomas de Covid-19), hace algunas semanas presentaron Shira, una herramienta antiphishing enfocada también en personas defensoras de derechos humanos, activistas y periodistas, para aprender a identificar y derrotar intentos de phishing.
Puedes conocer más sobre su trabajo en el sitio wearehorizontal.org .