Algunos botones de muestra
Texto a dos voces de @IsaColibrisa y @HabiaUnaJes para @Sursiendo que enlaza música hecha en Chiapas y plataformas comunes. Ir de lo local a lo global y viceversa. Ser y hacer arte con códigos libres…
La música se transforma en paisaje sonoro. Desarrollamos gustos, pero no juicios al acercarnos a ella. ¿O ella se acerca a nosotros y nosotras? El proyecto De Ficción y Música expande los límites de lo que podemos escuchar «con buen» gusto hasta acercarlo a lo cotidiano. Nos reconcilia con el querer-hacer más que con el saber-hacer. No niega el virtuosismo, por el contrario lo amplifica. No se trata solo de entender la música como espacio de libertad y liberación, se trata también de entender la música desde lo libre, lo contruido con otros y otras, el hacer colaborativo.
La escucha
Hace mucho que oir la música simplemente como experiencia estética dejó de ser una práctica principal y única y pasó a convertirse tan sólo en una de las formas de escuchar. Cuando escucho un discurso sonoro pienso en un contexto, en la función que esa música tiene en ese contexto, en la forma en la cual allí (o aquí) es percibida o no como entretenimiento, espacio de cohesión, de goce o de ritualidad.
Desde esa escucha poco importa el gusto, la percepción propia de lo bello o de lo «bien hecho» la cual, además, está bastante condicionada. Por supuesto que de este tipo de escucha no escapan del todo gustos y preferencias, es sólo que ya no intento juzgar todo desde ese lugar. Es decir, cuando eliges escuchar esto en lugar de lo otro, hay que estar consciente que es una elección con un bagaje grande de condicionantes, en lugar de pensar que se eligió «lo correcto» o «lo bueno». Algo distinto son los contenidos de un discurso sonoro, que pueden apelar a algo moralmente construido de una forma determinada, esa otra forma de escuchar y de crear está más relacionada con valores e ideales humanos.
Todo este proceso de reflexión sonora ha dado pie a querer escribir sobre esas percepciones, que hasta el momento no han venido tanto del rigor científico o de una antropología de la música en términos académicos, si no de una propia manera de observar, experimentar, escuchar y, por supuesto, de imaginar y crear.
Al intentar «materializar» esta propuesta de escucha, intenté primero con el blog ‘Impromptu, del canto a la palabra’. Algún tiempo después me ofrecieron un espacio para darle un formato radial al asunto. El deseo de jugar con el sonido mismo, de transmitir esas ideas bajo ese lienzo lúdico, me llevaron a tomar la oportunidad. De esta parte del proceso radiofónico quedaron estas reseñas de discos, que buscaban difundir música independiente principalmente hecha por mujeres. El espacio es la revista radiofónica ‘Andares, la cultura y sus rutas’, que se transmite en la radio estatal de Chiapas. Por esto, me pareció que era una buena oportunidad para ocupar el espacio con otras músicas que no suelen transmitirse por esos medios.
Sin embargo, después de algunas entregas, la misma inquietud provocadora culminó en el último proyecto que sigo llevando junto a Andrea Ruiz (locutora y productora de radio, ella produce las cápsulas): De ficción y música.
Este proyecto se define como una «Columna literaria y cápsula de radio que busca a través de la reseña, el cuento o ambas a la vez, establecer puentes entre música y literatura.» Establecer puentes o hacerlos visibles, exponenciarlos.
Con estos reajustes la idea fue abrir el formato, hacerlo más interdisciplinario, por así decirlo. Un día podía ser un cuento musicalizado, otro día una reseña y otra vez un ensayo o una crítica musical, todo ello pensado para y desde la producción sonora. Eso sí, con una periodicidad un poco esporádica y caprichosa.
Plataformas
Sin duda para alguien que quiere provocar y proponer distintas maneras de escuchar, es fundamental la retroalimentación, el diálogo; que haya alguien al otro lado de la pantalla o de la radio recibiendo esa propuesta y quizá respondiendo a ella desde su intimidad buscando algún tipo de comunicación con nosotras. Han sido cruciales los papeles del blog, las redes sociales y las plataformas que albergan podcast, música o cualquier tipo de producción sonora.
Dentro del mismo proceso de buscar y encontrar las plataformas indicadas para los fines propuestos, atravesamos algunos obstáculos. Puesto que las propuestas de De ficción y música son, en su mayoría, una especie de collages sonoros que remezclan músicas, sonidos varios y texto, es de esperarse que en algún momento alguien (nos referimos a una empresa, no a un artista) reclamara el bendito (por no decir maldito) copyright.
En la cápsula titulada «Cantos de Libertad», en la que hice un homenaje a la cantante de jazz Billie Holiday, abrimos a nivel sonoro con la introducción del tema Strange Fruit, la cual es considerada una de las primeras canciones de protesta de la época contra los linchamientos en el sur de Estados Unidos. En esos momentos estábamos usando para el alojamiento de las producciones una plataforma más comercial, sin conocer a fondo los principios protectores del copyright que manejan. Al parecer, nos excedimos en la cantidad de segundos reproducidos de la canción y esta fue razón suficiente para que el espacio impidiera la publicación del audio. Argumentaron, puntualmente, que una empresa estaba haciendo el reclamo del copyright sobre la canción. Nos queda claro: alguien sigue ganando dinero con la voz de Billie Holiday. ¡Vaya paradoja que una canción de protesta tenga unos derechos de reproducción tan restringidos! ¿Cómo vamos a querer utilizar una plataforma que defiende y cuida los intereses de empresas que, básicamente, sacan jugo económico a la cultura restringiéndola, haciéndola elitista? ¿Cómo se hace una labor de difusión o de reflexión histórica con esa limitante? Muy sencillo, usando espacios y plataformas de alojamiento libres. Nosotras queremos que nuestras cápsulas se puedan reproducir y usar libremente, pero también queremos tener la libertad de usar muchas músicas para nuestros collages.
Como música y compositora, tengo la inquietud de lo libre desde hace un tiempo. He decidido usar Creative Commons para registrar mis creaciones. Así, evito que se censure mi música a través del copyright (cómo nos pasó) y promuevo que alguien use mi música en sus propios remixes y collages. La cultura se expande, mi música se expande y puede inspirar más música; así como mi música está inspirada en otras músicas.
Esta restricción que padecimos, sumada a las inquietudes por lo libre, nos llevaron a navegar en busca de otros barcos en donde el intercambio de información y propuesta fueran cosa de compartir. Fue así que llegó la recomendación de Internet Archive, «un sitio web y una organización sin ánimo de lucro destinada a la preservación de historiales Web y recursos multimedia», como la describe la Wikipedia. La plataforma adquirió hace un tiempo una nueva interfaz más accesible en la que se pueden compartir recursos de todo tipo. «Tiene una gran cantidad de archivos misceláneos (…) algunos de ellos en dominio público, o de licencias a base del Creative Commons o cualquier otra licencia que permita la distribución». Esa es precisamente la importancia de esta gran biblioteca digital. Los contenidos que en ella se albergan deben tener licencias que permitan compartición. cualquiera que sea la licencia elegida, siempre será una que le devuelva al acervo común a lo que vino, de una u otra manera, del acervo común. Luego, la propia plataforma se encarga de transformar nuestro archivo a varios formatos para facilitar la distribución.
Esta particularidad, sumada a la diversidad del tipo de informaciones que nos permite almacenar allí (audios, videos, imágenes, textos, código/software y un histórico de páginas web) hacen de esta plataforma la ideal para las personas y proyectos que quieren apoyar la libre circulación del conocimiento y las creaciones.
Con esas inquietudes bajo el brazo, De Ficción y Música migró sus contenidos allí. Un proyecto como el nuestro que reivindica la actividad creativa en calidad de collage, una cadena infinita de impulsos e inspiraciones interconectadas; debe defender el libre tránsito de información en la internet. Sobre todo cuando se trata de un formato que puede generar difusión a esas canciones que hacen parte del collage (esa es parte de la idea)… Creer en una plataforma como Archive no imposibilita que además estos recursos estén disponibles en otros espacios radiales y virtuales.
Las creaciones son eso, collages. No solo las nuestras, sino las de cada quien. Hace un tiempo se compartía en este blog una cita de Borges en la que sostiene que “la originalidad es imposible. Uno puede variar muy ligeramente el pasado, cada escritor puede tener una nueva entonación, un nuevo matiz, pero nada más». Si somos parte de la historia de las creaciones y podemos recoger de ella, responderle, actualizarla ¿por qué esos – nuevos- contenidos generados deberían quedar encerrados, negándoles la posibilidad de seguir formando parte de la historia compartida?
Si tienes un programa de radio o podcast y te gusta nuestra propuesta, te invitamos a que reproduzcas nuestras cápsulas y nos contactes.