El IFAI usa a Google para obligarnos a olvidar

derechos digitales colectivos
10 febrero, 2015
sursiendo

Sursiendo hilos sueltos

Men in BlackLa situación recuerda a esas escenas en las que dos miembros de alguna agencia secreta made in USA accionan el flash de un aparato (el neuralyzer) con el que borran la memoria de la gente que lo mira. Sí, es la ciencia ficción hollywoodiense en las películas Men in black de lo que hablamos. Pero la realidad cada vez quiere parecerse más, o al menos es lo que intentan los poderes fácticos (George Orwell mediante).

Imagínese: un empresario que participó en tramas corruptas del gobierno, de las que se benefició, ahora exige que no quede rastro de eso, que olvidemos, que eso atenta contra su intimidad y sus negocios. Y ahora no es ciencia-ficción. Eso está pasando en México, y el organismo público que se encarga de esos temas, el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) ha exigido a Google que borre los enlaces que llevan a esas informaciones.

Precisamente el Día Internacional de Protección a Datos Personales el IFAI resolvió que Google México debía borrar de sus búsquedas tres informaciones que hacían referencia a Carlos Sánchez de la Peña, a su familia, y al Grupo Estrella Blanca, implicados en el fraude del Fobaproa, junto a la Fundación Vamos México de la ex-primera dama Marta Sahagún de Fox.

Esto debido a que Google México, según el IFAI, había incurrido en infracciones a la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares (LFPDPPP). Así, el informe explica que la filial de Google “es responsable del tratamiento de datos personales” y “presta servicios de motor de búsqueda”, por lo que se decidió iniciar con el proceso de sanciones. Incluso el mismo organismo calificó la decisión como “un hecho sin precedentes”.

Google México argumenta que ellos no atendieron la solicitud debido a que no son responsables del motor de búsqueda, pues eso compete a la propia Google Inc (radicada en los Estados Unidos).

Obviamente acá no defendemos al gigante Google pero es absurda y grave la exigencia del organismo:

  • Absurda porque aunque quiten esas informaciones desde google.com.mx se podrá acceder a ella desde google.com o google.es por ejemplo. El IFAI peca de ignorante en cuanto a cómo funciona Internet, y va contra el intermediario, no a la fuente, hacia donde apunta el buscador. Sí que actualmente “lo que no aparece en google no existe” pero hay otros buenos buscadores (como duckduckgo) que es difícil que acaten exigencias gubernamentales.
  • Y es grave porque en este caso no se refiere a datos personales, íntimos, sino publicados y públicos, que tienen mucho que ver con la vida política de México. La exigencia del IFAI en borrar las huellas va contra el bien común de la ciudadanía y atenta contra el derecho a la información que todo ser humano tiene.

ifai_googleEl IFAI se basa en una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre el caso del ciudadano español que pidió que se borrase la indexación en el buscador google de un anuncio (no era una información) sobre la subasta de un inmueble que aparecía en un periódico catalán La Vanguardia en 1998.

Aunque tampoco pensamos que sea adecuada la sentencia del tribunal europeo, en el caso que nos ocupa es aún más flagrante el favoritismo, ya que hay caso de corrupción, hay víctimas, hay trabajo periodístico de investigación. Y se sienta un problemático precedente: “De acuerdo con Proceso, el IFAI ha recibido 18 solicitudes nuevas para aplicar el derecho al olvido a Google México, a raíz de la resolución”.

Este llamado “derecho al olvido” puede llegar a ser muy perverso, y como dice Enrique Dans: “El olvido no es un derecho. El olvido es un proceso fisiológico que tiene lugar en el cerebro del que olvida, no algo que tenga lugar en función de los deseos del olvidado. No se olvida cuando alguien quiere que se olvide, se olvida por otros motivos. No nos pueden obligar o olvidar, y plantearlo es sencillamente atroz”.

El Gran Hermano te vigila, desde su panóptico en lo oscuro quiere saber todo sobre todo el mundo, pero sin dejarse ver, sin que sepamos, trabajando en la sombra por sus propios intereses, contra la propia sociedad e intentando borrar la memoria colectiva. Es justo lo contrario a como debiera ser en una sociedad democrática, donde los poderes son transparentes y rinden cuentas, y donde se protege la privacidad y demás derechos y libertades de la ciudadanía.

Hay que seguir luchando por el OpenAccess, por el OpenData, por el respeto de los derechos básicos, y mientras, usando las comunicaciones seguras, el software libre, las aplicaciones que no venden nuestros datos, el cifrado, etc.

PD:
Menos mal que en este caso nos queda el efecto Streisand, y ahora todo el mundo sabe quién es el empresario Carlos Sánchez de la Peña y en qué andaba (y anda) metido.

Con información de: fayerwayer.com, codigoespagueti.com, SinEmbargo.mx, enriquedans.com.

@Sursiendo