La cultura libre nos hace malos y malas

derechos digitales colectivos
29 julio, 2014
sursiendo

Sursiendo hilos sueltos

mashup_the_simpsonNOTA: Breaking Bad es una serie de televisión finalizada en 2013. El título viene a significar ‘volviéndose malo’, en argot.

Seguimos en el diálogo-debate con David G. Aristegui, a raíz de la supuesta muerte de la cultura libre y la necesidad de sindicatos, nuestra respuesta (La cultura libre vive, la lucha sigue) y su contrarrespuesta el miércoles pasado: La cultura como un episodio de The Walking Dead (o cultura libre y agenda neoliberal).

En SurSiendo no somos mucho de zombis, pero ¿sabían que ese mito se popularizó como metáfora de los migrantes-comesesos que llegan a invadir los Estados Unidos por la frontera sur? El imperio del hombre blanco amenazado por sucios muertos vivientes, con sus costumbres extrañas y que aguantan todo. Zombis contra el american way of life. Esto nos lo compartió un amigo experto en el tema. Y fue en una charla de tantas que tenemos, sin que hubiese dinero de por medio. Cultura popular, cultura libre.

En el último texto, David afirma que:

Hablábamos en estas páginas de la muerte de la cultura libre ya que, a día de hoy, no hay autores de éxito relacionados con las licencias libres, ni organizaciones o colectivos (de cualquier tipo) que asesoren y defiendan los derechos de los creadores que quisieran utilizar Creatives Commons. En este escenario, después de más de diez años de cultura libre creo que podemos afirmar que la cultura libre está al menos tan muerta como el autor.

Pensamos que 10 años o 20 años no son muchos para calificar de éxito, fracaso o muerte de un movimiento que ha llegado para quedarse (vamos despacio, porque vamos lejos, dicen por aquí en Chiapas). En estos momentos de crisis civilizatoria, de rupturas paradigmáticas, se están sentando las bases de lo que está por venir, y ahí tenemos mucho trabajo que hacer. Si el neoliberalismo más atroz va a por todo (ahora además le toca al conocimiento y la cultura) tenemos que probar y usar nuevas herramientas que lo contrarresten. Parece que Marx no está muerto, está siendo reactualizado en tiempo presente, con lo que hay ahora, con las herramientas disponibles, con la mezcla que dan las vivencias en carne propia.

¿Autores y colectivos en la cultura libre? Pues por poner solo un ejemplo, está Silvia Federici, que gracias a Traficantes de Sueños por estas tierras hemos podido leer su obra, está viniendo seguido para dialogar, para conocer de las voces que luchan contra el capitalismo sigloveintiuno. Está teniendo cierto éxito, no como para ser bestseller o salir en primetime en Televisa, pero sí en los movimientos que quieren otra cultura, otras relaciones sociales. Claro, no es Haruki Murakami, Stieg Larsson, Justin Bieber o Miley Cyrus, pero va por otros rumbos, y también preferimos Wu Ming por ejemplo. Y respecto a colectivos y organizaciones, sí que ya hay a cientos que asesoran, que crean, que defienden cada día la cultura libre, frente a la privatización del conocimiento.

Y de ahí pasamos al proyecto FLOK en Ecuador y lo que califican de colonialismo. Seguimos con atención el proceso, aunque no hemos participado activamente, y hemos leído las críticas que se hacen. Pensamos que “hay que intentarlo”, que se presentan oportunidades de probar, de cambiar, de mejorar, para seguir construyendo colectivamente. El texto crítico que enlazas fue contestado por Hugo Baronti con este otro A proposito de FLOK Society y la critica destructiva, que da otra visión de lo que está pasando. No nos extenderemos mucho más en ello, además de que no estamos de acuerdo con muchas políticas que está llevando el gobierno de Rafael Correa. Sólo entramos a reflexionar sobre lo que es colonialismo, que por ahí están llegando críticas apasionadas.

¿Es colonialismo el trabajo conjunto de personas de distintas nacionalidades, unos del Norte y otros del Sur, en procesos emancipadores? ¿Es colonialismo que los zapatistas vean y escriban sobre series gringas? ¿Es colonialismo mostrar a comunidades originarias el uso de herramientas libres para la reapropiación frente a las campañas oficiales de Microsoft? ¿Es colonialismo extender las enseñanzas del Sumak Kawsay o del lekil kuxlejal como propuestas revolucionaria? Pensamos que no, pensamos que colonialismo es insinuar que los pueblos indígenas son atrasados y que se van a dejar engañar, que no tienen criterio y les convencen con espejitos. O que no deben usar las herramientas que están disponibles (y que ya usan) porque pueden caer en una especie de contagio neoliberal.

Colonialismo es que las políticas y el ejército de Peña Nieto (mexicano) quieran acabar con las luchas indígenas en el sureste mexicano, o que se expulse de sus tierras a campesinos de Brasil o Argentina para extender el cultivo de soja para exportar al Norte, o que Monsanto presione a los gobiernos para introducir los transgénicos, o que Disney quiera hacer marca registrada el Día de Muertos. Contra esto es contra lo que hay que luchar, y una forma de hacerlo puede ser compartir cultura, usar las remezclas populares, distribuir el conocimiento entre pares y seguir pensando y repensando formas equitativas de vivir lo que hacemos sin caer en reservarnos los derechos por si acaso eso solucionara la problemática existente.

walking-badGracias al dominio público, las licencias libres o el Internet importantes muertos se convierten en vivos, autores y autoras que llegan a conquistar nuevos territorios donde solo llegaban la cultura que propone Murdoch, PRISA o Slim.

Y sí ahora están teniendo éxito los grandes intermediarios, las empresas que han aprovechado las nuevas formas que se abrieron con la globalización neoliberal, pero pensamos que es importante no quedarse de brazos cruzados quejándonos y tejer una globalización social, de las culturas, inventar nuevas prácticas aprendiendo de la memoria, de lo que revaloriza al ser humano por encima del capital.

La cultura libre rompe con el capitalismo porque el dinero no es lo importante, rompe con el neoliberalismo porque condena la privatización. Es más bien una contrarrespuesta desde el presente, no desde el siglo XIX (tan desarrollista y racional), para abrir grietas desde los márgenes.

La cultura libre no está más que empezando, y va a dar mucha guerra. Desde arriba lo saben, por ello crean leyes censoras y represoras (en México y en el Estado español, por ejemplo) contra prácticas libres, solidarias, compartidas. Es la reacción para mantener las cosas como están o empeorarlas. Las personas comunes y corrientes se están rebelando, están haciendo su breaking bad, pero como contrapoder. Frente a la privatización, la apertura. Porque compartir no es robar, querer que todos y todas tengamos acceso a la cultura y a la información no debe ser atacado tan fácilmente. Y menos por las gentes que queremos un mundo mejor. Otros mundos.

Seamos malos y malas, e invadamos la cultura con libertad, crítica, autonomía y colectividad, y compartiendo.

PD: lo interesante a nuestro juicio es debatir sobre formas de vivir en la cultura libre, cómo financiar proyectos autónomos y comprometidos, cómo resistir los embates privatizadores, cómo no repetir fórmulas de las vetustas industrias culturales… Acá un documento muy útil: la Declaración para la Creatividad Sostenible, compartido desde Free/Libre Culture Forum.

@Sursiendo