Software libre: más allá de la libertad

derechos digitales colectivos
17 junio, 2014
sursiendo

Sursiendo hilos sueltos

software_libreSobre la importancia de defender el código abierto

En la actualidad hay muchos movimientos sociales conscientes de la defensa de los comunes, esos bienes esenciales para preservar la vida, la cultura, la sociedad, sin los cuales la humanidad difícilmente sobreviviría. Hay ejemplos de luchas representativas: Contra Monsanto, que viola bienes comunes naturales como son las semillas, pero también la cultura colaborativa de la agricultura. Contra la privatización de tierras comunales, contra el monopolio en las comunicaciones, contra la cultura consumista, contra la mercantilización de la vida… Pero muchos de esos movimientos no han hecho el esfuerzo de añadirse a otra lucha, en su día a día, la del uso y difusión del software libre.

Muchas de las máquinas que cotidianamente usamos tienen componentes informáticos, es decir, están compuestas por software y hardware. Desde el coche o el televisor, hasta el cajero automático o una cámara de fotos, por no decir el teléfono móvil y la computadora. Cada vez dependemos más de programas que hacen funcionar máquinas, que reciben, suministran y almacenan información. Y además muchas se conectan en red.

 

Partes: software y hardware

El hardware corresponde a todas las partes físicas y tangibles de una computadora: sus componentes eléctricos, electrónicos, electromecánicos y mecánicos; sus cables, gabinetes o cajas, periféricos de todo tipo y cualquier otro elemento físico involucrado; contrariamente al soporte lógico e intangible que es llamado software, que básicamente son los programas que permiten la interacción entre sí, con los componentes físicos, y con el resto de las aplicaciones para funcionar adecuadamente, proporcionando también una interfaz para el usuario. El código fuente es la programación escrita en una serie de líneas de texto, con unas directrices que hacen que el programa y la máquina se comporten de una forma u otra.

Después tenemos que contemplar que el software tiene lo que se llama una licencia, que es el conjunto de condiciones que el programador o programadores le dan para ser difundida, usada, etc. Y entonces hay licencias privativas y licencias libres.

Para que un software sea libre debe contener estas cuatro libertades en su licencia:

-Libertad 0: Usar y ejecutar un programa con cualquier propósito.
-Libertad 1: Tener acceso a su código fuente para estudiar su funcionamiento y adaptarlo a las necesidades específicas de quien lo usa.
-Libertad 2: Distribuir copias del programa, con lo que puedes ayudar a tu vecino.
-Libertad 3: Mejorar el programa y hacer públicas dichas mejoras, de modo que toda la comunidad se beneficie, con las condiciones específicas que ponga quien lo ha elaborado.

Es interesante señalar que en la creación de Internet, en su posterior desarrollo y amplia difusión, interviene ese espíritu de libertades, de compartir, de redes distribuidas. Lo que se conoce como la red de redes, a pesar de haber sido impulsado con dinero de la Defensa de Estados Unidos, de fue desarrollado por académicos y científicos de las universidades de finales de los 60 y la década de los 70, es decir, jóvenes que habían convivido o participado en la contracultura, en el pacifismo, en el hippismo o en todo ello a la vez. La libertad era un principio clave.

Y en estos momentos está en peligro esta forma de funcionar en Internet, más allá de la abrumadora presencia del capitalismo corporativo, algunos gobiernos están proponiendo leyes que atentan contra las libertades, la igualdad de oportunidades, la horizontalidad que propicia Internet, y van más hacia la censura, la discriminación, el control y la represión.

 

Libertad, pero también compromiso

slim_gatesPero volviendo al tema del software libre, se trata de libertades, pero también de compromiso y responsabilidad. Si usamos sistemas operativos privativos, como Windows (de Microsoft) o iOS de Mac (de Apple) le estamos dando demasiado poder a estas empresas, que pueden estar usando programas espías. Le otorgamos la soberanía de nuestras máquinas y nuestros datos, porque el acceso al código fuente para saber qué están haciendo se hace imposible más allá de la propia empresa. Además fomentamos el monopolio, y entonces tienen la excusa de firmar convenios con gobiernos e instituciones públicas con el argumento de que “todo el mundo lo usa”, recibiendo millones de dólares de las arcas públicas por usarse esos sistemas operativos.

Y por otro lado, el usuario o usuaria que compra una máquina con el sistema operativo Windows, por ejemplo, está pagando la licencia a Microsoft, lo que ya viene incluido en el precio final. Y si descarga una versión, está incurriendo en un delito, según las leyes de casi todos los países.

El software libre no significa gratis (lo que implicaría que lo importante es el precio, y no la libertad), significa inversión consciente en programas que son necesarios, no adaptarnos a los programas que decide una empresa, y por lo tanto significa soberanía tecnológica y fomento de la programación más local. Hay cientos de foros donde desinteresadamente unas personas que saben programar o resolver problemas informáticos ayudan a gente que tiene una inquietud, un fallo o quiere una mejora. Es conocimiento compartido y cultura de la cooperación. Es ética hacker.

Cualquier ciudadana o ciudadano consciente y más los movimientos sociales, necesitan plantearse el uso de software libre, intentar hacer el esfuerzo de no apoyar a estas poderosas corporaciones, de salirse de la lógica casi impuesta de hacer lo que necesita la máquina, que homogeneiza, oculta y adormece. Es importante hacer por aprender a usar otros programas y sistemas operativos. Como dice Jeremie Zimmerman «sólo hay que aprender a usar la tecnología libre, de la misma manera todo el mundo aprende a leer y escribir».

Además, el software libre, y su distribución más extendida: Linux, se está usando en las máquinas de instituciones importantes, que confían en la seguridad que ofrece, por ejemplo en la NASA, en el CERN, en la bolsa de valores de New York y en muchos gobiernos.

A nivel usuario ya utilizamos software libre, en el sistema operativo Android, el navegador Mozilla Firefox, la paquetería LibreOffice, la Wikipedia (y hasta el mismísimo Google), que han demostrado que respetando las libertades y abriendo el código fuente se mejora la calidad del servicio.

Haciendo memoria, se considera a Richard Stallman como el padre del software libre, ya que fue el fundador del proyecto GNU en 1984. En palabras de Stallman, “el software libre quiere decir el software que respeta la libertad del usuario y la solidaridad social de su comunidad”. Este autor concibió la elaboración de software de manera cooperativa, de tal forma que quien lo utilizara con posterioridad pudiera copiar, modificar, distribuir libremente dicho software atendiendo a sus necesidades particulares. En su libro Software Libre para una Sociedad Libre, Stallman afirma: “Mi trabajo en el software libre está motivado por una meta idealista: difundir la libertar y la cooperación. Quiero alentar la difusión del software libre, reemplazando el software propietario que prohíbe la cooperación y así mejorar nuestra sociedad”. Las ventajas del software libre son muchas.

En definitiva el software es una obra intelectual, como una obra literaria, de música o una receta de cocina que no debemos dejar que sea privativa, y sí luchar porque no esté en unas pocas manos el decidir qué podemos hacer o no con él. Colaborativamente los programas y aplicaciones pueden rediseñarse y mejorarse una y otra vez a sí mismos en un proceso de retroalimentación imparable.

El mundo está cambiando, y el software cada vez tiene más importancia. Como escriben en el artículo Herramientas colaborativas para pensar y trabajar en red “son los primeros pasos torpes en el camino de la inteligencia colectiva, pero a partir de ellas se pueden intuir e imaginar futuros fascinantes”. Comprometámonos con un futuro que no sea una pesadilla. Es una decisión política.

Como p.d. les dejamos este video:

@Sursiendo