Sursiendo hilos sueltos
Hoy queremos compartir un post lleno de citas. La primera es la de mañana miércoles 20, cuando se celebra el #Wikisprint de la P2P Foundation simultáneamente en una veintena de países (incluido México: DF y Chiapas).
Como el P2P se refiere a los procesos colaborativos y del procomún, hicimos juntarse a distintas personas y sujetos colectivos (a través de artículos y entrevistas) que hacen referencia a ello, porque como dice el proverbio
Si caminas solo, llegarás más rápido. Si caminas acompañado llegarás más lejos
El diccionario define que colaborar (Del lat. Collaborāre) es “trabajar con otra u otras personas en la realización de una obra”, y sabemos que el P2P es peer-to-peer, es de igual a igual, es red entre pares o red entre iguales. Con estos mimbres, pasemos a…
Joan Subirats, catedrático de Ciencia Política de la UAB:
Lo común rompe con la visión individualista tal como se ha ido concibiendo en la tradición capitalista y que ha ido trasladando la idea de derechos a cada una de las personas en singular. Lo común parte de la idea de inclusión y el derecho de todos al acceso, mientras que la propiedad y la idea de Estado que la fundamenta, se fundamenta en la rivalidad de los bienes, y por tanto en la exclusión y la concentración del poder en unas instituciones que lo aseguran y protegen. Lo común trata de situarse fuera del reduccionismo “sujeto-objeto” que acaba produciendo la mercantilización de estos últimos.
Michel Bauwens, fundador de la P2P Foundation:
Somos testigos del nacimiento de un nuevo protomodo de producción basada en formas colaborativas y distribuidas de organización. Se desarrolla dentro del capitalismo, de la misma manera en que Marx describió cómo las primeras formas del capitalismo comerciante e industrial se desarrollaron dentro del orden feudal. En otras palabras, un cambio de sistema está en la agenda, pero de manera inesperada; es decir, no como una alternativa socialista, sino como una alternativa basada en los comunes.
David Bollier, activista, escritor y estratega político:
Pero a la teoría del mercado tan centrada en el individuo y en lo que se puede medir y vender le cuesta aceptar este hecho. No consigue entender cómo unas comunidades estructuradas sobre la confianza, el trabajo voluntario y la colaboración pueden ser más eficientes y flexibles que los mercados convencionales del «mundo real». Y es que no consigue valorar en sus justos términos el potencial en creación de valor de la «producción entre iguales».
Bernardo Gutiérrez, posperiodista, (r)escritor y consultor digital:
La lógica del P2P, del procomún, es justo la contraria: actúo en beneficio de lo común porque acaba beneficiándome.
Miquel Vidal, programador y profesor:
El procomún no se puede decretar ni imponer desde el poder, o cualquier otra instancia coercitiva, sino que sus beneficiarios deben participar voluntariamente en su desarrollo y ser, en alguna medida, responsables. En algunos casos, esto incluye la autogestión en todos sus aspectos () Los participantes en estas comunidades no suelen ser consumidores pasivos, sino que forman parte de una actividad espontánea, descentralizada y proactiva.
Domenico Di Siena, arquitecto y urbanista:
Las redes sociales potencian un nuevo tipo de control: un control descentralizado operado por una pluralidad de individuos independientes que colaboran utilizando capacidades repartidas y móviles, de cálculo y de comunicación. Las Tecnologías de Información y Comunicación (TICs) no representan la solución, sino una oportunidad para mejorar nuestra capacidad de gestión del territorio.
Manifiesto Crowd (iniciativa de Antoni Gutiérrez-Rubí y Juan Freire):
5. Los problemas complejos e indefinidos precisan comunidades de práctica en un entorno procomún para generar verdadera inteligencia colectiva. (…) 21. Cuando se trata a un grupo como una multitud diversa puede surgir innovación y verdadera inteligencia colectiva.
FCForum (un proyecto de X.net)
Vinculadas a estas nuevas formas de inteligencia social practicadas en la red surgen nuevas formas de participación: esquemas de multipertenencia y agregación, reducción del coste de la acción colectiva y multiplicación y democratización de los canales y formas de participación en la vida política, pública y social por la sociedad civil y en relación con los poderes.
Marga Padilla, hacker y autora de El kit de la lucha en Internet (Traficantes de Sueños):
Hacer red pasa por vaciar el centro y reconocer la inteligencia y la autonomía de los extremos. Hacer red es poner en contacto a otras personas entre sí, colaborar con desconocidos y diferentes. Hacer red es compartir los procesos, no sólo los resultados, y reconocer las contribuciones de los demás. Hacer red, en definitiva, es ser generoso, pero no sólo con los de tu propia cuerda, sino con el 99%.
Manifiesto por la librecultura:
En ‘librecultura’ entendemos que tanto los ‘bienes intelectuales’ como aquellas ‘obras intelectuales’ que logran digitalizarse y liberarse de su soporte material son abundantes y de crecimiento infinito. En ambos casos nos encontramos fuera de una economía signada por la escasez. Cuando las obras intelectuales se producen colaborativamente, se comparten en redes distribuidas y no se las restringe con medidas tecnológico-legales se caracterizan por renacer constantemente y por alcanzar un aumento ilimitado de su valor.
Francisco Jurado, integrante de Democracia Real Ya:
Del tradicional esquema Emisor-Mensaje-Receptor, hemos pasado a un mapa complejo de multitud de emisores que, al mismo tiempo, se conforman como receptores, en la construcción conjunta y colaborativa de nuevos metarrelatos, que no tienen por qué coincidir (y de hecho no lo hacen) con la narrativa institucional que se viene reproduciendo desde las esferas de(l) poder (…) La subjetividad tecnopolítica es una realidad emancipadora, colaborativa, positiva y propositiva.
Antoni Gutiérrez-Rubí, asesor de comunicación:
El procomún piensa, actúa y evalúa en comunidad. La competitividad se desvanece a favor de la colaboración. No pretende cerrar soluciones, sino compartirlas. Abrir y enlazar respuestas, aporta beneficios al conjunto de la comunidad. Por un lado, los commons generan un ecosistema de apoyo a las iniciativas que surgen a su alrededor. Por otro lado, retroalimentan y evolucionan el modelo a favor de la propia comunidad. La creación de valor es compartida. (…) La base de los proyectos es muy diversa: desde compartir la generación de energía, las propias cosechas, conocimientos o, incluso, fabricar casas.
Txelu Balboa, integrante de Amasté y ColaBoraBora:
Para nosotr*s la frase “sol* no puedes con amig*s sí” está más vigente que nunca y, de hecho, es la clave para afrontar los retos futuros. La idea de que “todo el mundo sabe y todo el mundo aporta”, es una guía. Por eso procuramos estar atent*s a los aprendizajes que nos plantean el trabajo con l*s demás.
Ariel Vercelli, investigador y abogado:
El trabajo colaborativo en una red distribuida [como Internet] permite alcanzar aquello que individualmente sería imposible. Las posibilidades son infinitas, tan infinitas como las oportunidades que ofrece el renacimiento de los bienes intelectuales comunes en la era digital (…) El modo de producción colaborativo es la forma típica de la vida social, es lo que caracteriza a los colectivos civilizados y ha sido la pieza fundamental de la evolución humana.
Hemos actualizado, modificado y superado los muros que nos habíamos construido en un marco de economía basada en la competitividad, y cada vez más, entendemos que es mucho más inteligente organizarnos en torno a procesos de colaboración.
Silke Helfrich, editora de Genes, bytes y emisiones: Bienes comunes y ciudadanía (Fundación Heinrich Böll -2008):
El procomún es la manera de producir y gestionar de manera colectiva, bienes y recursos que nos pertenecen y pueden ser libremente utilizados por todos y entre todos deben ser ampliados y preservados. Los principios que rigen en el procomún son, entre otros, equidad en el acceso y en el goce de beneficios, transparencia y democracia en las decisiones, corresponsabilidad y reciprocidad en el manejo de los recursos. Se trata no solamente de derechos sino también de responsabilidades, y de relaciones sociales del dar y tomar.
Declaración de la Cumbre de los Pueblos 2012:
Defendemos la vida y los bienes comunes frente a la mercantilización de la naturaleza impulsada por las instituciones financieras multilaterales y los países del norte.
David Sánchez Bote, investigador y parte del proyecto Consultoría Artesana en Red:
De esta forma el procomún evita el modelo basado en la compra-venta y la propiedad privada o pública que son los paradigmas económicos actuales, apostando en su lugar por la colaboración y por poner en común recursos como una forma más eficaz de entender la actividad en ciertos sectores. La capacidad de establecer las normas de uso, de creación, de explotación y de cuidado del recurso está en manos de la comunidad.
Boaventura de Sousa Santos, sociólogo:
Hay que cambiar el concepto “desarrollo” por el de “autodeterminación”. Sólo así, colaborando para la autodeterminación de los pueblos, se podrá entender una nueva cultura de cooperación colaborativa.
ColaBoraBora, laboratorio ciudadano de reflexión en acción:
Un proceso colaborativo es dispositivo aprendizaje colectivo, de comunicación conversacional, de prácticas constitutivas, de acción directa, en torno a cuestiones concretas. Hay muchos motivos por los que poner en marcha un proceso de este tipo, pero quizá podrían agruparse en tres: Afrontar un reto, un conflicto, un cambio concreto, Mejorar e innovar en los procesos colaborativos, y Explorar posibilidades indefinidas.
La realidad no es ni vertical ni horizontal, sino más bien oblicua. La democracia en red nacerá en un espacio agregador, con metodologías de red, con participación de representantes (o delegados) y ciudadanos, con mecanismos abiertos e híbridos.
No queremos un retorno a un pasado edénico, ni a una nueva Arcadia rural, sino encontrar, de nuevo, instituciones sociales en las que se unan solidaridad social, empoderamiento político, eficiencia económica y uso sostenible de los recursos; instituciones que nos sirvan para defendernos políticamente frente a la actual rapiña financiera que está en el centro del mecanismo de reproducción del capitalismo contemporáneo. Se trata, en definitiva, de aprender del pasado, no de volver a él.