Los bienes comunes: Un marco y un caleidoscopio de prácticas sociales para otro mundo posible

comunalidad digital
29 mayo, 2012
sursiendo

 Lugares Comunes

por Silke Helfrich, en http://dialogos2012.org

El estado y el mercado están fuertemente ligados el uno al otro. Ambos comparten la misma visión sobre el progreso tecnológico y la competencia de mercado, enmarcada en políticas liberales, que suelen denominarse democráticas, que se articulan alrededor de los derechos y libertades individuales. Ambos están comprometidos con un tipo de desarrollo y crecimiento económico que destruye el planeta y que tiende a desmantelar nuestras formas de subsistencia y las riquezas de los bienes comunes. Son, hoy, esencialmente la misma forma de pensar el mundo. Los paradigmas conocidos para abordar esta situación ya no funcionan prácticamente en ningún lado. La búsqueda de alternativas es global. Ella encuentra sus manifestaciones en los diversos movimientos sociales que defienden sus tierras comunes y sus recursos, en definitiva, sus formas de vida, en el movimiento de los indignados españoles y del movimiento Occupy, así como los incontables innovadores sociales en la Internet.

Una de las propuestas que se está redescrubriendo actualmente para construir un marco alternativo para la vida cotidiana, el diseño de políticas públicas y de las leyes es la propuesta de los Commons (bienes comunes). Los commons ofrecen una crítica profunda a la asociación disfuncional entre Estado y Mercado así como un criterio de autogestión para la construcción de propuestas para un futuro mejor. Al mismo tiempo, están basados en una diversidad de prácticas sociales que se sostienen en la idea de que la realización personal depende de la realización de los otros, y que esta depende a la vez de la propia. En otras palabras: no hay tal cosa como un interés particular vs. un interés colectivo.

El trabajo habitual del paradigma económico dominante requiere la expansión de los mecanismos de apropiación de los recursos que moralmente o legalmente nos pertenecen a tod@s, a través de medidas tecnológicas (DRM, GMO, Geoingenerías), económicas (acaparamiento de territorios) y medios legales (Tratados de libre comercio, tratados de protección de inversiones, la OMC, los ADPIC, las leyes de propiedad intelectual). Estos son los mecanismos que hacen posible que todo se convierta en mercancías comercializables. Y entonces, “cuando el último árbol haya sido derribado, y el último río contaminado”, seguirán mercadeando los fundamentos de la vida a escala nanotecnológica. Todos esos fenómenos son parte del proceso de cercamiento de los commons (enclosure of the commons), una de las grandes historias no contadas de nuestro tiempo. Cercamiento es mucho más que privatización. Implica desapropiación, privación de derechos, desempoderamiento, fragmentación, comoditización, y polarización – donde tanto el mercado como el estado contribuyen con los procesos de cercamiento.

Existe actualmente una riquísima variedad de prácticas, experiencias, innovaciones y producciones basadas en las prácticas de los commons en todo el mundo. Consisten en distintos casos de consumo colaborativo como el trueque y el compartir, sistemas de gestión comunitaria de recursos compartidos como los bosques, el agua y las áreas de pesca, e incluso las innovaciones basadas en los commons en el mundo digital. Puede que no tengan una visión unívoca de los commons (por ejemplo, los comuneros digitales tienden a estar ajenos de algunos aspectos vinculados con la sustentabilidad, mientras que muchos defensores de la biodiversidad tienden a negar el potencial para la transformación social de la cultura libre y los commons digitales) pero ofrecen un caleidoscopio riquísimo de autodeterminación y gestión colectiva de recursos compartidos.

Los commons son ambas cosas: una marco conceptual/referencial para el análisis y una práctica social basado en los principios del “commoning”, claramente diferente del duopolio Estado Mercado Funcionan como un sistema operativo diferente a nivel de comunidad y quizás (ahí está el reto), también para la sociedad en conjunto. Entonces, aprender, conocer más sobre cada commons en particular, sea basado en comunidades agrícolas, bancos de semillas locales o desarrolladores de software, – y entender lo que tienen en común, aprender de los procesos de cercamiento, tanto los silenciosos como los más sonados, puede ayudarnos a reconocer un camino superador de los esquemas habituales de lo público o lo privado, lo estatal o del mercado, o lo individual frente a lo colectivo. Identificar y cuestionar estos dualismos es esencial, porque no podemos construir nuevos escenarios sin pensar también en qué principios de gobernabilidad pueden estar estructurados.

Nuestra tesis se basa en que los commons y los comuneros nos presentan una práctica y un vocabulario útil para escapar del callejón sin salida que plantean hoy las políticas y las economías basadas en el fundamentalismo de mercado, al ofrecer y cultivar alternativas más humanas, un paradigma que, más que ningún otro, habilita la convergencia de los movimientos sociales.

Los commons nos permiten desarrollar una nueva visión que trasciende la idea clásica de desarrollo, donde pueden encajar culturas de diferentes orígenes. La esperanza para el futuro descansa en la capacidad de las personas en crear sus propias formas de mancomunar (commoning) en todo el mundo.

 

@SurSiendo