¿Se puede hacer turismo procomunero? Visitas y celebraciones

derechos digitales colectivos
6 agosto, 2013
sursiendo

Sursiendo hilos sueltos

Algo de eso hemos hecho: A finales de junio agarramos la maleta y nos fuimos a visitar algunos lugares de España… O al menos un poco de turismo, atendiendo al procomún, intentando encontrarnos con gentes a las que seguimos desde hace ya más de un año a través de las redes sociales y reencontrándonos incluso, con algunas «caras conocidas» ahora bajo el paraguas de Sursiendo. Así que queremos compartirles nuestro pequeño periplo:

Madrid

madridfree.com
madridfree.com

La primera semana de julio nos encontró por Madrid. Por esos días El Campo de la Cebada había convocado las primeras jornadas de la Universidad Popular de Verano donde la dinámica era presentar una temática en media hora, momento de preguntas y debate incluidos. Este formato quizás tenga la complicación de no poder profundizar en los temas, pero lo cierto es que permite tratar temas tan diversos como el género, la arquitectura urbana, el arte y los museos, el poliamor o el software libre de un periquete y además, de cierta manera, logra transversalizar los temas entre los públicos que quizás fueron para una u otra «clase»…

Sin ánimo de pasar de otros temas vamos a hacer un descansito por el Retiro, ese gran parque en el centro de la ciudad donde todavía se puede disfrutar de aire, pasto, buenas charlas con los queridos amigos de Retales, y hasta algunos pensamientos compartidos.

Que seguimos de encuentros/reencuentros: ¡con læs Traficantes de Sueños! No nos íbamos a ir de estas tierras sin haber pasado por «la» librería a buscar algunas de esas lecturas que hemos ido haciendo por la red (no podemos evitarlo, el papel es el papel). Pero, con invitación y cafecito de por medio hemos estado dándole vueltas a lo que se cuece por aquí y en qué podremos enredarnos por allí (esta vez el aquí es España y el allí es México).

Dimos una rápida pasada por el MediaLab Prado, para conocer el espacio al menos, que estos calores tienen pocas actividades en el edificio y muchas de las personas a las que seguimos andando por otros lados. Para la próxima esperemos poder llegarnos a alguna de las sesiones o actividades que se realizan.

Pero sí asistimos a una actividad muy interesante: por casualidad, visitando a amigos del barrio de Adelfas, en el huerto comunitario se realizaba una reunión de miembros de la Mesa Ciudadana de Madrid con representantes de asociaciones de vecinos, de la red de huertos urbanos, de académicos e investigadores y de activistas para plantear esfuerzos conjuntos por una ciudad más habitable. Más de 20 personas dieron a conocer sus proyectos y procesos, sus iniciativas y sus opiniones, que enriquecían el debate para un trabajo conjunto. La Mesa es un espacio de trabajo y aprendizaje que investiga y promueve procesos de participación ciudadana en la gestión de lo público. La Red de Huertos Urbanos Comunitarios de Madrid es una iniciativa impulsada por diferentes colectivos que se dedican a la agricultura en los espacios urbanos, y también allí había gente de VIC, de Zuloark, de la Federación de Asociaciones de Madrid, del colectivo Todo por la Praxis, del Centro Social Seco, etc.

Para ir terminando  nuestro paso por Madrid, asistimos y disfrutamos en la Batalla Naval de Vallekas, ese carnaval del agua, de encuentro y reivindicación, donde todo el mundo termina mojado, fiesta popular, organizada desde abajo y con pretensión utópica. Frescor en el caluroso verano madrileño.

Y para despedirnos hicimos picnic en ‘el parque de las Tetas’, en Vallekas, disfrutando del anochecer con vistas panorámicas a toda la ciudad.

Ermita_de_San_Juan
Wikimedia

Bilbao

Un lugar pendiente era el País Vasco y hacia allí partimos por unos cuantitos días. El viaje empezó un poco antes cuando quisimos formar parte de las experiencias compartidas y nos suscribimos a una página de car sharing. Así fuimos y volvimos, y es una experiencia que luego nos prestamos a repetir, no solo por economía, sino también por el viaje, por presenciar las historias y las sinergias que más de una vez (al parecer) han surgido a partir de esos viaje compartidos.

Estando por allí vivimos muy de cerca un proyecto que habíamos tenido oportunidad de conocer por un post de Gustavo Duch: el de la Cooperativa láctea Esnetik. Un espacio que dignifica el trabajo de ganaderos locales y apuesta por productos sanos y cercanos. ¡Y que además son riquísimos! Sabemos que solo los conseguirán si se pasan por allí, pero si lo hacen, claro, no dejen de buscar un lugar donde degustarlos.

Fue llegar y ponernos en contactos con algunos de los proyectos a los que no les perdemos pisada cibernética: Las Indias y ColaBoraBora.

Además por sugerencia de Ricardo Amasté llegamos a la presentación de las Conexiones Improbables en Eutokia (el lugar nos encantó) y estando allí, además de conocer cómo resultó eso de juntar empresas e instituciones de salud con artistas(los efectos de las Píldoras creativas en organizaciones del sector de la salud), nos encontramos con dos de los compañeros de VIC (queda visita pendiente). También de mano de los ColaBoraBora empezamos a llenar la maleta de papeles! Libros, revistas, fanzines, todas cosas a las que no pudimos resistirnos y que disfrutamos, ya que estuvimos en su sede del barrio de Sanfran. Lo que podemos resaltar es que esta visita nos dio nuestra primera Yorobuko en versión leer-sin-conexión.

En nuestra visita a Euskadi también tuvimos la oportunidad de visitar el puerto antiguo de Getxo, habilitado ahora para el esparcimiento de sus gentes, y también fuimos a San Juan de Gaztelugatxe, un pequeño castillo-ermita que data del siglo X enclavado en un islote unido al continente por un puentecito de escaleras empinadas. Este bello lugar que da al golfo de Vizcaya fue destruido en algunas ocasiones (por ataques piratas, ejércitos castellanos o desconocidos) pero vuelto a reconstruir por iniciativa y las propias manos del pueblo y peregrinos, según cuentan en su historia.

Desde ahí fuimos directamente a la sede de la Cooperativa Las Indias, en el centro de Bilbao. Conocimos a sus seis integrantes en un apartamento-estudio genial, en el que nos recibieron con ricas viandas y divertidas conversaciones, que duraron hasta altas horas de la madrugada. Un lugar y unas gentes de las que aprendemos en cada momento.

Guadalupe
Wikimedia

Extremadura

Y de ahí, pasando por Madrid, fuimos a tierras extremeñas, a disfrutar de tranquilidad y de buenas comidas caseras y autóctonas. Lecturas, siestas, paseos… e incluso nos aventuramos en el caluroso verano a hacer una escapadita para conocer el monasterio de Guadalupe, un lugar con gran historia y gran belleza, situado en un pueblecito entre montañas. En el camino pudimos ver grandes campos de placas solares (ya habíamos visto otras en los anteriores recorridos), que nos llaman la atención por ser una energía limpia, pero que está siendo captada por las grandes empresas energéticas (una forma de privatizar y venderte el sol). Una vez más el tema no solo está en la forma de obtener la energía sino en las escalas y los impedimentos que estos megaproyectos implican para otras propuestas más autónomas.

Desde esta tierras emprendimos la siguiente visita…

Granada

Granada
Wikimedia

Hicimos una escapada de 4 días a la ciudad andaluza de Granada, de la que teníamos buenas referencias y no defraudó. Una ciudad pequeña, antigua, entre montañas. Allí asistimos en la noche a un espectáculo de flamenco, en una de las cuevas del barrio del Sacromonte. Naturalmente, todas las personas asistentes eran turistas (mucho aficionado hay en Japón!) y en un lugar donde comenzaron grandes intérpretes de este arte, disfrutamos con el cante, el baile y la música nacida hace decenas de siglos y mezclada y enriquecida en todo este tiempo con el saber popular que transita más allá y más acá de las fronteras del estado español: parte de la conversación con quienes trabajan por allí versó justamente sobre la importancia de la no-nacionalidad de esta música popular y el enriquecimiento que proponen los cruces entre «flamenqueros» andaluces, franceses, gitanos, etc. Fue un momento de intensidad, pasión y admiración en un lugar curioso, que vive bajo la montaña.

Al día siguiente visitamos La Alhambra, un palacio representativo del dominio musulmán en la península ibérica, construido allá por el siglo XIII y semidestruido y adaptado por los súbditos de los reyes cristianos posteriormente a la reconquista en 1492. Esta ciudadela fortificada, que está situada en un cerro que domina la ciudad (precioso paisaje!), fue construida por expertos arquitectos y decoradores desconocidos, y obviamente muchos trabajadores, sin nombres transcendentes, que trabajaron conjuntamente para la creación del palacio.

Finalmente regresamos a Madrid para despedirnos de nuestro viaje. Volvimos al Retiro, el pulmón de la ciudad, que tanto nos gusta, y vivimos la curiosa experiencia de compartir algo de comida con una ardilla que se nos acercó confiada. Fue un momento emocionante, de sorpresa, de cómo en rincones de la gran ciudad puedes encontrar esas situaciones mágicas que nos hacen reflexionar y ver el mundo con otros ojos.

Este mes tuvo por momentos más toques procomunales que otros, aunque no perdimos de vista en el andar nuestra relación con el entorno, la creación colectiva, las comunidades y las mezclas y remezclas que proponen los andares. De vacaciones al fin, redujimos la frecuencia aunque no nos desconectamos del todo.

 

@SurSiendo